06 abril 2013

La curiosa mente de Christopher Boone



"El curioso incidente del perro a medianoche", del británico Mark Haddon, está escrito en primera persona. Por Christopher Boone, un chaval de 15 años, 3 meses y 2 días que tiene autismo. Christopher lleva una vida rutinaria donde los días en los que ve 5 coches rojos seguidos son días súper buenos y en los que ve 4 coches amarillos seguidos son días negros. Porque su color favorito es el rojo y odia el amarillo. Y el marrón.

Christopher Boone es muy inteligente y es capaz de entender complejos problemas, pero sólo de matemáticas y física. Sólo los que son lógicos y tienen una norma para su resolución. Porque no entiende los chistes, ni los juegos de palabras, ni sabe cuándo una persona está triste o enfadada y su sueño favorito, el que le pone más contento, es aquél donde un virus ha matado a todos los seres humanos que entienden las emociones y él está solo, sin que nadie le toque, le pregunte o le moleste.

Un día, Wellington, el perro de su vecina, aparece asesinado por una horca (de jardín, no de cuerda) y Christopher decide imitar a Sherlock Holmes (su detective favorito) y descubrir quién ha sido el asesino. Y entonces su vida cambia.

 Me gustan los libros que me hacen ver la vida de forma distinta a la que yo la veo normalmente. Que me cuentan qué es el Problema de Monty Hall y su razonamiento. Que la palabra metáfora viene del griego llevar de un sitio a otro, por lo que la palabra metáfora es una metáfora en si misma. Que la constelación Orión es llamada así porque tiene forma de cazador, pero en realidad no hay líneas en el universo, por lo que lo mismo puede ser una cafetera italiana que un dinosaurio. Me gustan los libros donde no se dan las cosas por sentado. Ergo, me gusta este libro.

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