24 julio 2012

La boda más esperada. Episodio 1º: vestuario, atrezzo y guión

Llega la boda más esperada. La de la Reina de las Chuches y el Dios del Trueno y a mí me entra una mezcla de alegría, emoción y angustia. ¿Angustia? Sí, porque tengo que ir elegante y yo soy una zarrapastrosa. Bueno, zarrapastrosa quizás no sea la palabra adecuada, pero me gusta vestir informar como antónimo de puedo contar con las manos las veces que he vestido formal. 

Primera y más importante duda: ¿vestido o traje pantalón? El vestido es más de boda, pero no tienes ninguno y además tú siempre vas con pantalón, te vas a ver rara. El traje pantalón es más tú, pero va a parecer que vas a una conferencia, o a un entierro... ¿Qué hacer, qué hacer? Al final rescato una falda del armario que estaba de moda hace 60 años, por lo que según una ley no escrita, se va a volver a llevar en breve, así que al final voy a resultar una visionaria, una gurú de la moda, de aquí al estrellato, sólo hay un paso...

Vale, ya tengo la falda, color blanca y marrón. Ahora sólo falta la blusa y los complementos que tienen que ser o blancos o marrones. Ni mucho blanco que no puedo ser más virginal que la novia, ni mucho marrón que si no va a parecer que estoy de luto. 

Blusa, chal, zapatos (unos de tacón y otros planos para el momento madredelamorhermoso en qué momento me convertí en masoquista que van a tener que acabar amputándome los pies), bolso, tocado del pelo, pendientes, collar... Tienda por tienda durante más de quince días para encontrar el complemento perfecto. Madre, ¿no hay ninguna persona o empresa que me ahorre todos los paseos y me encuentre los complementos perfectos? Sí, claro, si pagas 200€ más los complementos te los encuentran en un santiamén. Increíblemente lo encuentro todo.

Tres días antes de la boda. La Reina de las Chuches me llama y me dice Lamb, el Dios y yo hemos hablado con el párroco y nos ha preguntado si tenemos alguna persona que escriba decente para que redacte algunas palabras sobre nosotros en la ceremonia y como ambos te leemos en el blog y nos gusta lo que escribes hemos pensado en ti. Muchas gracias Reina por pensar en mi. Lo escribo encantada de la vida. ¡¡¡Dónde narices está el botón de pánico!!!

Escribo el texto en una hora porque, al fin y al cabo, sólo tengo que plasmar lo que pienso y siento, pero cuando acabo no estoy muy convencida del tono que le he dado. Estaría bien que fuera divertido, aunque quizás en una iglesia esté fuera de lugar. También podría ser emotivo, aunque luego voy a acabar llorando y con los ojos como un mapache. Es el momento de hacer caso a los clásicos. Tragicomedia, que siempre funciona. Un poco de humor y un poco de sentimentalismo. ¿Debería leerlo o mejor me lo aprendo y lo digo de memoria? Si lo digo de memoria va a quedar más natural y más cercano, pero puede que se me olviden cosas y además como me trabe me puedo ir por las ramas y me pondría más nerviosa. Mejor leo, que es más formal y que todo el mundo entenderá que no levante la cabeza.

Día antes de la boda. Conduzco la cucaracha hasta Santander y declamo una y otra vez el texto porque no me convence lo de leer. Problema: lo que me hacía gracia ahora me parece fuera de lugar, en algunos momentos me repito más que el ajo... Tengo que reescribirlo, pero cuándo, si llego directa a una cena. Bueno, no te agobies. Mañana te levantas un poco antes y listo.  

Día de la boda. 8 de la mañana. Todas las grandes ideas que tenía ayer se han evaporado como por arte de magia. Lamb, piensa, piensa... Si pongo esto y quito aquello creo que mejora. ¡Lamb, qué haces aún sin duchar! Tienes cita a las 9:30 con la peluquería. No, madre, es a las 10. A las 9:30. A las 10. Para ti la gallina. Me ducho y bajo a las 10 a la peluquería. Hola, Divina, ¿qué tal todo? ¿Qué te ha pasado? Habíamos quedado a las 9:30. Ahora me has descolocado toda la agenda. ¡Ups!

Anda, siéntate ahí que te voy a maquillar. Empezamos con la base. Ahhhh, ¡¡me escuece, me escuece!! ¿Qué? ¿Cómo que te escuece? Quítamelo, quítamelo que se me va a quedar la cara como un cangrejo con acné. Joer, que delicada que eres, princesa del guisante. Usa mejor de mi maquillaje, que no me da alergia. ¿Mejor? Mejor. Bueno, ya he terminado, ¿qué te parece? What the... Divina, ¡qué me has hecho! Si parezco Magda, la vieja de Algo pasa con Mary. Te has pasado con el color. ¡Qué exagerada! Que no es para tanto. Ya, ya, quita eso y ponme más de mi color, por favor. 

Y el pelo cómo. Pues había probado el otro día con ondas, pero no me aguantaron mucho. Vale, te las marco más y te echo laca superstrong. Qué es, ¿una laca superhéroe? Jaja, qué graciosa. Divina, no es por molestar, pero con estos tirabuzones parezco Shirley Temple. Pero, ¿qué dices? Anda, calla, que no acabamos. Que luego esto se te baja enseguida, que tienes el pelo muy fino (y tenía razón, me duró apenas un par de horas). Bueno, ya estás. ¿Te gusta? Me veo rara. Ya, porque siempre vas con el pelo al viento y sin maquillar, pero estás muy guapa. No está mal. Bueno, me marcho que ya voy tarde para vestirme. 

Ayyyy, lo que hay que escuchar. 

2 comentarios:

  1. Ibas muy guapa y elegante. Yo me sorprendí al verte (pero gratamente), que luego me lanzaste cada puya...

    Bueno haber si tienes tiempo y haces la segunda parte pa' reirnos un rato, jajaja.

    Un besazo guapetona.

    P.D: Yo tambien me emocioné con el discurso (pero no llegué a llorar, jajaja).

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  2. Ibas muy guapa, la busqueda dio sus frutos y mereció la pena ( yo el discurso me lo perdí, tuve que cambiar a MiniLu de ropa, pobre, vaya disgusto tenía mi niña)

    Lucia

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