11 abril 2012

Una de series - Para guardar (II)

Vuelvo con más series que me quitaron horas de sueño, horas de relaciones sociales, horas de lectura, horas de aire libre, pero también series que me dieron que pensar, que me entretuvieron, que me hicieron viajar en el espacio y a veces en el tiempo. En fin, inconvenientes y ventajas de ver la serie cuando ya ha corrido más de una temporada. Ya lo venía avisando pero ahora lo suelto de golpe. Son todas de HBO. No he podido evitarlo. Son de mi estilo. Me gustan. Me encantan.

Boardwalk Empire

Volvemos a Estados Unidos, pero esta vez a Atlantic City en los años 20, durante la "ley seca". La historia gira en torno a Enoch "Nucky" Thompson (el archiasesinado Steve Buscemi o Mr. Pink de Reservoir Dogs) un rico gánster que controla el juego, el alcohol y la prostitución de la ciudad, metido en política y con tantos enemigos como aliados. Por ahí aparece un bastante perdido lisiado de la I Guerra Mundial que busca su sitio, un fanático religioso agente del FBI que le da una vuelta de tuerca al dicho "A Dios rogando y con el mazo dando", una mujer abusada y desvalida (o eso parece), un montón de políticos a varios niveles, muchos gánsteres de ciudades aledañas que quieren aumentar su territorio, el tema del racismo, Ku Klux Klan incluido, el tema de la inmigración, la exaltación del nacionalismo irlandés... En fin, un popurrí de cuestiones que hacen que cada capítulo sea un incesante ir y venir de violencia, sexo, corrupción, sentimientos, desigualdades...

 
Como en series anteriores la ambientación es excelente, Steve Buscemi está sembrado (y no muere a la primera de cambio, lo cual es todo un hecho destacable), cuenta con el apoyo de un grande como es Martin Scorsese, que no solo produce sino que dirige magistralmente el episodio piloto (ese que hace que te enganches a la serie o que decidas desecharla como un kleenex). Obviamente con Scorsese detrás de las cámaras, tras las primeras tomas te enganchas. El guión está muy bien documentado, con un montón de personajes y situaciones reales (los gánsteres Al Capone, Lucky Luciano y Arnold Rothstein, el presidente de Estados Unidos Warren G. Harding e incluso Nucky Thompson -aunque el personaje real se llamaba Nucky Johnson-). Una de las pocas cosas que no me han convencido es la actuación de Michael Pitt como Jimmy Darmody. El tipo tiene carencia de expresividad y si a eso le unimos el hecho de que parezca que se va a dormir en cualquier momento y que le hayan puesto un corte de pelo que le impide mover la cabeza pues ya ni os cuento.

The Wire

The Wire puede parecer, a primera vista, una serie policiaca más, pero sólo con ver el primer capítulo ya te das cuenta de que no, de que tiene algo distinto que te hace querer conocer más y mejor la historia. Baltimore, a principios de la década pasada, un grupo de policías, cada uno de su padre y de su madre, extraídos de departamentos varios, algunos inframotivados y otros extra, investigan, a través de grabaciones telefónicas, los movimientos de una banda de narcotraficantes con el fin de desintegrarla. Son cinco temporadas y aunque, básicamente, este es el tema alrededor del cual gira la serie, cada temporada se centra en un aspecto diferente. Así, por ejemplo, la segunda se centra en el contrabando y corrupción sindical portuaria, la tercera en los políticos y la lucha a muerte por conseguir apoyo social, la cuarta en los problemas de la educación pública en barrios desfavorecidos y la quinta en los medios de comunicación.



Aspectos a destacar son, por ejemplo, que la serie es tan fiel a los bajos fondos baltimorianos que muchos de los personajes existen en la realidad y se interpretan a sí mismos, como por ejemplo Felicia "Snoop" Pearson, a la que por su voz grave y su estilo masculino cuesta identificarla como chica. En la primera y la segunda temporada el protagonista indiscutible es el Detective Jimmy McNulty (el niño grande con sonrisa de pícaro Dominic West o el General Titus Flavius de Centurión), pero luego pierde fuelle y su lugar lo ocupan, en mi opinión, personajes mucho más interesantes. Por distintos motivos quiero reseñar tres. Omar Little (el tenebroso y marcado Michael Kenneth Williams o Chalky White en Boardwalk Empire), un defensor de los débiles, con un estilo de vida muy peculiar para el medioambiente en el que vive y que se arranca, cada dos por tres, unos discursos dignos de enmarcar. Reginald "Bubbles" Cousins (el excelentemente caracterizado Andre Royo o habitual en todas las series de policías habidas y por haber) que en un comienzo es un tipo que pasa por ahí con cara de simpático y termina protagonizando capítulos enteros por mérito propio. Y, por último, Russel "Stringer" Bell (el guapisisimo y elegantísimo Idris Elba o el protagonista de Luther, serie que no he visto pero que veré, por muy mala que sea, sólo por disfrutar un poco más de él). Por último comentar que intenté ver la serie en versión original sin subtítulos, pero fui incapaz de entender nada de la jerga de los narcotraficantes (de hecho me costó mucho incluso con subtítulos, pero aún así no claudico).

Homeland

La tercera y última serie por hoy se estrenó hace apenas 6 meses en Estados Unidos y anteayer en España. Se trata de la historia de un marine estadounidense, Nicholas Brody (el interesantísimo Damien Lewis o el policía exconvicto frutívoro Charlie Crews de Life)  que fue hecho prisionero por Al-Qaeda en 2003 en Irak y que es rescatado ocho años después y tratado, por todo el mundo, como un héroe. Por todo el mundo menos por el agente de la CIA Carrie Mathison (la convincente aunque un poco aniñada Claire Danes o la tímida Angela Chase de Es mi vida) que, debido a un soplo que le da un activo, cree que Brody ha sido convertido y que ha sido liberado para llevar a cabo un acto de terrorismo en suelo estadounidense.



¿Otra serie sobre paranoicas amenazas terroristas, qué buenos son los estadounidenses y qué malos los demás comenzando por todos los árabes del mundo? Nooo, nada más lejos de la realidad. A través de los recuerdos y de la vida postcaptura de Brody podemos ver no sólo las torturas a las que es sometido (para estómagos resistentes) sino también la dificultad de adaptación, tanto de los soldados como de sus familias, en su vuelta a casa, las cagadas que se monta el ejército estadounidense, la cobardía de sus dirigentes a la hora de admitir que se han equivocado, la búsqueda de una vida apacible por parte del pueblo iraquí y su determinación, la paranoia que envuelve el día a día de los estadounidenses (con razón porque con eso de meterse donde no le llaman, y con todo el mundo, no están cosechando muy buena fama, que digamos), las vulneraciones de los derechos fundamentales en pos de la "seguridad nacional"... Vamos, que tiene un tufillo a crítica de la política de defensa que te impregna toda la pituitaria. Todo eso sazonado con una actuación excelente de la mayor parte de los actores y con una trama que da más vueltas que una espiral y que me tiene esperando la segunda temporada como agua de mayo (o de octubre que es cuando se estrena) para ver por dónde sale el sol.

Continuará...

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