11 abril 2010

Camino del trabajo

Cuando tengo tiempo voy andando al trabajo. Son apenas veinte minutos que me vigorizan y me hacen empezar bien el día.

Bajo por el Batán y camino por Seis de Diciembre hasta el semáforo de la Ecovía. Después cojo Checoslovaquia y giro por Suiza hasta llegar a la Shyris. Es ahí donde comienzo a cruzar el Parque de La Carolina.

Un hombre intenta enseñar a comportarse a más de media docena de perros. Los ladridos. Una anciana indígena, delgada, diminuta, sentada en el bordillo de la acera que con una sonrisa desdentada me ofrece un caramelo o una chocolatina. El camión de la policía equina con un conductor que siempre me sonríe. Dos ancianos que pasean todos los días vestidos en chandal, con gafas de sol y grandes viseras. El olor a hierba cortada, el sonido de los cortacesped, un chico plantando en la Escuela de Jardinería, un grupo de escolares uniformados gritando felices porque se fueron de excursión al Jardín Botánico, gente corriendo, gente que va camino del trabajo, el sonido de los coches de fondo.

Se acaba el parque y vuelvo a la selva de coches. Cruzo República y camino por Amazonas hasta llegar al Centro Comercial El Jardín. Unos cuantos minutos hasta conseguir pasar la calle. Y ya estoy en el trabajo. Con Ángela y Eva, las recepcionistas sonriéndome. Con el guardia esperando una de mis bromas. Con la agradable incertidumbre de lo que me deparará el día.

10 abril 2010

Viaje a Riobamba - Segunda Parte

Empezó a llover, lo cual era raro, porque hacía meses que no llovía en Riobamba, una zona agrícola, cuyos habitantes realmente lo están pasando mal por la falta de agua.

Belén es ecuatoriana y su familia es de la zona. Su tía y su abuela se han hecho una cabañita en una minúscula aldea llamada Cochapamba, situada cerca de Sibambe, a unos 100 km. al sur de Riobamba. Para allá fuimos los cinco en coche. Para llegar a Cochapamba hay que pasar por Alausí, que es un pueblito precioso donde paramos a comprar víveres. Llegamos casi a las seis de la tarde a la casa. La cabaña está en lo alto de una loma, lejos de los caminos principales, así que tuvimos que dejar el coche al final de una senda, y ponernos a subir por un caminillo todo embarrado. Nos cruzamos con algunas familias que bajaban a Sibambe, a la procesión de Viernes Santo. Todos vestidos de domingo, aunque con la mirada apagada.

A mitad de camino llegamos a la casa de Don Pío. Es un vecino que se encarga de cuidar la casa, cuando las dueñas no están. Don Pío es mudo. Bueno, en realidad no es mudo, habla por los codos, pero no puede pronunciar y la verdad es que era un poco torturador mantener con él una conversación. Nos contaba Belén que hace unos cincuenta años, cuando Don Pío nació, en la zona la sal no tenía yodo y mucha gente sufría las consecuencias, como bocio, problemas de tiroides o problemas para hablar.

La casa es preciosa, completamente de madera, con un porche que me hizo recordar a las cabañas de las películas de indios y vaqueros. Por dentro, austera, sencilla, confortable, oliendo a madera recién cortada. No tiene luz eléctrica (tan solo un generador que decidimos no poner en marcha) ni agua caliente, así que encendemos varias velas, sacamos la comida que habíamos llevado y la bebida y nos sentamos a charlar. En un momento pensamos en bajar al pueblo para ver la procesión, pero el sentido común se impone y pensamos que quizás bajar por un camino embarrado, con noche cerrada y sin más luz que la de una vela no es muy aconsejable.

Salgo al porche y me sorprendo al ver pequeños chispazos que van alumbrando la noche por doquier, son luciérnagas. Me siento como en un cuento, de los que leía cuando era niña.

Ya es tarde y estoy muerta de sueño, así que me voy a la cama. Las sábanas huelen un poco a humedad y la cama es dura como una piedra, pero ese pensamiento se arrastra por mi mente apenas un minuto, que es lo que tardo en dormirme.


Me despierto a las 8 de la mañana. Salgo al porche y veo que hace un día espectacular. Vuelvo, me pongo las botas y cojo la cámara para sacar algunas fotos. Amarrados al lado de la cabaña hay dos burritos que no se asustan por mi presencia. Me encuentro a Don Pío y le comento que hace un día precioso. Me mira con cara de "esta de ciudad no sabe lo que dice" y me dice que no y yo, terca como una mula que sí. Una hora después, la niebla había bajado tanto que no se veía a dos metros y empezó a llover.
Un par de horas después se abrió otra vez la niebla y salió el sol. Decidimos recogerlo todo y bajar al pueblo de Sibambe, antes de volver a Riobamba. El pueblo estaba silencioso, tranquilo, después de la fiesta de la noche anterior. Algún niño jugando en la calle, algún perro dormitando y algún hombre borracho en la puerta del bar de la plaza. Dimos un paseo, nos tomamos algo y de vuelta a la cabaña. Comienza a llover finamente justo cuando llegábamos. Menos mal porque la subida era de aupa y el suelo era de barro y ya estaba bastante resbaladizo.


El camino de vuelta a Riobamba fue largo, lleno de obras en la carretera (muy buena, por cierto), con una niebla cerrada, pero muy, pero que muy divertido. Eran ya las cuatro cuando llegamos a la ciudad.

Viaje a Riobamba - Primera Parte

El jueves pasado, aprovechando que era Semana Santa, me fui con dos amigas, Ojos Verdes y Corina, a Riobamba.

Riobamba, más conocida como Friobamba o "La Sultana de los Andes" es una ciudad de alrededor de 170 mil habitantes que se encuentra a 2.700 m. de altura en medio de la Coordillera de los Andes. Es llamada también "Cuna de la Nacionalidad Ecuatoriana" porque fue la primera ciudad española fundada en Ecuador por Diego de Almagro, en 1534.

En fin, que el jueves por la tarde nos cogimos un autobús y nos fuimos para allá. El viaje no es demasiado largo (alrededor de tres horas y media). Llegamos a las diez de la noche y nos fuimos directamente al hotel, El tren dorado, que se encuentra en la Calle Carabobo con Diez de Diciembre, al lado de la estación de tren. Duchita y a buscar un lugar para cenar. Recorrimos la calle León Borja, llena de restaurantes y bares, hasta encontrar abierto un local llamado San Valentín. Comida variada, bastante económica y muy rica y un ambiente interesante.

A la cama. Al día siguiente vagueamos un poco hasta las 8 de la mañana y entonces llamamos al taxista que nos había llevado la noche anterior al hotel y le pedimos que nos subiera al Chimborazo. Llega y me pregunta si puede llevar a su esposa de paseo. Claro, digo yo y entonces la va a recoger y aparece ella con unos tacones de aguja de diez centímetros, vestida de domingo y maquillada para boda. El pensamiento, primero para cada una y luego puesto en común, fue "pero cómo va a subir esta mujer el volcán vestida así".


Llegamos al volcán. Silencio, desierto de piedras negras, picos nevados. Empezamos la subida y nos encontramos con más de diez lápidas desperdigadas por ahí, de las personas que perdieron la vida intentando subirlo. "Vaya por Dios", esto seguro que se le ocurrió a algún especialista en motivación. Para sorpresa de las tres, la esposa del taxista subía como cabra montesa y a nosotras sólo se nos ocurría la explicación de que los tacones le hacían las veces de piolet. La subida era de alrededor de un kilómetro hasta el refugio. Estábamos a más de 4.500 m. de altura. A los primeros pasos empecé a sufrir algunas de las consecuencias de la altura. El aire no llegaba bien a los pulmones, empezaba a marearme un poco y me notaba como si estuviera borracha y no fuera capaz de caminar en línea recta. Corina, una de las chicas con las que iba, recién llegaba al país y no estaba acostumbrada a la altura, y además estaba con catarro, así que no podía respirar y se tenía que parar cada pocos metros. Cuando al final llegamos al refugio, a 5.000 m. de altura nos confesó que estuvo a punto de no subir pero que su orgullo no hubiera soportado que la mujer subiera con tacones y ella no pudiera subir.



A mi me gustó la subida. Mis pulmones ya se han acostumbrado a la falta de oxígeno y soy capaz de subir a un ritmo interesante las cuestas de Quito (que está a casi 3.000 m. de altura) y en este caso el volcán. Hacía un airecillo frío que me estimulaba y lo único que podía escuchar era mi respiración y un ligero pitido en los oídos. Nunca he sido una amante de subir montañas pero la verdad es que uno se siente muy bien. Yo me sentí bien. Después de disfrutar un poco de la nieve que había allí y calentarnos con un chocolate caliente, descendimos. Y otra vez se nos vino a la cabeza que la esposa del taxista se iba a torcer un tobillo porque realmente la subida fue bastante pindia por lo que la bajada era complicada. Pero no señor, ahí estaba ella toda digna y clavando los tacones con fuerza, bajaba cual rebeco apurado.

En fin, llegamos a Riobamba vivas y coleantes, lo cual no es moco de pavo, pues el coche del taxista no tenía velocímetro e iba a mucha más velocidad de la permitida. Como era Viernes Santo decidimos seguir la tradición y buscar un lugar que nos diera para comer el plato típico, la fanesca. Ya expliqué hace un mes, más o menos lo que era, así que no me lo hagáis repetir. :o) Luego me arrepentí de haberlo comido, porque otro de los efectos secundarios de la altura es que tardas en hacer la digestión muchísimo más tiempo de lo habitual.

Habíamos quedado con dos amigos de Ojos Verdes, que andaban por la ciudad, así que fuimos a su encuentro.

20 marzo 2010

El laboratorio de actitudes


Hay gente que dice que soy muy pesimista, sobre todo en ciertos temas. Otros que dicen que soy muy optimista, sobre todo en ciertos temas. Y a todos yo les contesto que soy realista. Que hay cosas que se pueden conseguir y cosas que no, y que pensar así no implica que no vea la realidad tal como es.

Bueno, hoy cambio mi discurso. Hoy soy pesimista. Tengo frío así que me envuelvo en la manta de la autocompasión, me encierro en casa y empiezo a pensar que soy responsable de todo lo malo que me pasa (de lo bueno también, pero ese pensamiento lo dejo apartado para el día en que me levante optimista).

Hace cuatro días fue mi cumpleaños. Y como si fuera un cliché diré que cada año pasa más rápido el año (me aferro a la explicación de que los terremotos movieron el eje de la tierra y que el día dura menos ahora). Hago balance de lo que soy, de lo que hago, de lo que quiero, de lo que tengo y no estoy totalmente satisfecha con el resultado. Para que no lo olvidéis, hoy estoy pesimista, así que me está permitido pensar así. ¿Esta es la vida que quería tener?, ¿esta es la vida que quiero tener? A la primera pregunta le corresponde un categórico no. A la segunda ya es más difícil de determinar, porque soy como una cucaracha, que me adapto al ecosistema en el que vivo.

Siempre pensé que podría conseguir lo que me propusiera, y aunque sigo pensando lo mismo, en la ecuación ha aparecido una variable nueva. ¡Cómo cresta lo hago! Vale, puedo conseguir el trabajo que quiera, al hombre que quiera, la vida que quiera, pero cómo. Se me debió de caer el manual de instrucciones por algún lugar porque no lo encuentro y, francamente, este sistema de prueba-error que aplico es fatigoso.

Aplicando el optimismo pienso que seré un Pascal, una Curie, un Einstein, y al final la prueba no dará error. Aplicando el pesimismo, me veo al final de mi vida como cualquiera de los miles de investigadores que estudiaron lo mismo que los que he mencionado pero que nunca lo descubrieron, y de los que nadie sabe ni su nombre. Aplicando el realismo, pienso que tengo que vivir la vida para descubrirlo y estar preparada para cualquiera de las dos opciones.

Vaya, ni en mi día pesimista consigo ser totalmente pesimista. No valgo ni para eso. Eyyy, ahora sí que me salió el pesimismo más absoluto. ¡¡Yuhuuuuuu!!

28 febrero 2010

De lo que hago

Os voy a contar qué hago en Ecuador, a parte de disfrutar y conocer nuevos lugares y personas.

Tengo una beca del Gobierno de Cantabria para trabajar en UNIFEM RA. UNIFEM es el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer. http://www.unifem.org/about/?lang=spn

Está dividido en regiones y yo estoy en la Región Andina, que engloba a Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú y Venezuela. http://www.unifemandina.org/index2.php

¿Qué es lo que hago ahí? Pues estoy en el Área de Comunicación y a partir de ahora voy a ser la canalizadora de la información entre países, llevar la difusión de la Campaña del Secretario General "Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres" http://www.un.org/es/women/endviolence/ y asistir en el resto de tareas de difusión e información.

Sé que muy poca gente conoce UNIFEM y sé que a mucha gente se le ponen los pelos de punta cuando una dice que trabaja por la equidad de género y la defensa de los derechos de las mujeres (feministas, radicales y hippies son algunos de los términos más usados para definirnos). Yo quiero que sepáis que existe un organismo que lucha por empoderar (palabra muy usada aunque no muy bonita que significa otorgar capacidades a las mujeres para que se manejen por si mismas) a las mujeres y que eso no es una amenaza para los hombres o para la sociedad, sino un esfuerzo por hacer una sociedad más justa y armónica.

¿Avanzamos en nuestro objetivo? Poco a poco. ¿Tenemos apoyo? Escaso. ¿Falta mucho por hacer? Sí. Pero algo es algo, ¿no? Así que a perseverar toca.

Cómo obtener la cédula de identificación ecuatoriana. Primer asalto

Quiero que vengáis conmigo en mi viaje por la burocracia ecuatoriana.

Se puede estar en Ecuador con muchos tipos de visas, pero si tienes visa de inmigrante (de la 9.I a la 9.VI) o visa de no inmigrante(de la 12.IV a la 12 IX) tienes que sacarte la cédula antes de 30 días.

El primer paso es registrar el visado. Tenéis que ir a:
Dirección General de Extranjería
Gaspar de Villarroel E10-288 y 6 de diciembre (Edificio Karina, Planta baja). http://www.mingobierno.gov.ec/
Horario: lunes a Viernes: 8h00 a 16h45
Parada "Los Sauces" de la Ecovía.

La documentación necesaria para el registro es:

- Certificado de visado (te lo dan en el consulado cuando sacas el visado)
- Fotocopia del pasaporte
- Fotocopia del sello del visado en el pasaporte
- Fotocopia del sello de entrada en el país en el pasaporte
- Un sobre de color manila
- Una carpeta de cartón
- Recibo de haber ingresado 10$ en cualquier oficina del Banco Internacional a nombre del Ministerio de Relaciones Exteriores (en la oficina de extranjería te dan el número de cuenta). http://www.bancointernacional.com.ec/bcointernacional/agencias.html

Te dan un papelito verde con el que tienes que volver dos días después a recoger tu pasaporte con el registro del visado incorporado.

Recordad que se quedan con el pasaporte, por lo que si lo necesitáis habitualmente os recomiendo guardaros una fotocopia.

Chile

Cuando te conocí estabas triste, cansada, apagada. No quisiste saludarme y yo me sentí apenada, rechazada. Te esperé, porque quise que me descubrieras y porque no quería rendirme contigo. La espera valió la pena. Pasó tiempo pero me aceptaste. Y me acogiste, me cuidaste, me mimaste, me retaste, me asombraste, me divertiste, me emocionaste. Por todo ello, por muchos años que pasen yo seguiré siendo de las tuyas y tú seguirás estando dentro de mi. Ánimo Chile. Sé que las adversidades te hacen más fuerte y si flaqueas yo estaré ahí para ti, siempre. Te quiero.

24 febrero 2010

Excursiones

Aunque sólo llevo trece días en Ecuador ya he hecho dos pequeñas excursiones fuera de la capital.

La primera fue al poco de llegar, el lunes 15, aprovechando de que había puente por Carnavales. Fue el día que me trasladé a mi nueva casa. Los padres de mi compañera de piso me pasaron a buscar al hostal en el que me quedaba y me llevaron a mi nueva casa. Después me propusieron ir a la Mitad del Mundo y para allá que nos fuimos.

Primera parada Reserva Geobotánica de Pululahua. Es un volcán que erupcionó y de la presión salió una montaña en medio.

La foto es espectacular pero no es mía, porque cuando llegamos al volcán había tal niebla que apenas se veía a más de tres metros. En fin, otra vez será. Lo bonito es que se puede bajar hasta el valle que se ha formado en el cráter y hacer trekking y quedarse a dormir en una hostería que hay.

Seguimos el camino, despacio, porque debido al puente había mucho tráfico y llegamos a la Mitad del Mundo. Hay un monolito que indica los puntos cardinales (en la foto estoy en el Oeste, con un pie en cada hemisferio). Se puede subir al monumento pero la verdad es que había mucha gente. Al lado del monumento está el pueblo español (aunque el nombre es cuestiobable). Unas pocas casitas, con una plaza en medio con muchos restaurantes y muchas tiendas de artesanía.



La segunda excursión fue a Otavalo. No tenía pensado ir, ni tan siquiera había oído hablar del lugar, pero Montse, una compañera de UNIFEM y becaria del Gobierno Vasco me lo propuso y desde luego que dije que sí.

Quedamos el sábado a las 7:30 de la mañana (yo, en mi línea llego 10 minutos tarde). Teníamos que coger un autobús hasta el aeropuerto y allí otro hasta la estación de autobuses de Carcelén, al norte. Cogemos el autobús al aeropuerto y habla que te habla nos damos cuenta de que nos hemos pasado el aeropuerto hace rato. Nos bajamos y ¡hala!, andando que nos tuvimos que ir para allá. Llegamos a la parada del bus que iba a Carcelén y espera que te espera y no llega. Vemos a una mujer que también espera y nos ponemos a hablar con ella. Al final echamos a andar a la siguiente parada y al rato (habían pasado ya 45 minutos) aparece el bus. Seguimos hablando con la señorina y de pronto nos dice que tenemos que bajarnos, que es nuestra parada. Nos bajamos y descubrimos, que no señor, que nos quedaba aún rato hasta la parada. ¿Qué hacemos? Un señor muy amable nos dice que por el mismo precio que el autobús, 25centavos, podemos coger un taxi ruta hasta la estación. Ya por fin llegamos y cogemos el autobús para Otavalo (las diez de la mañana). El viaje, dos horas, no porque Otavalo esté muy lejos sino porque el autobús hacía muchas paradas e iba a paso burra. En la radio, a todo trapo, canciones de los Hombres G y de los Héroes del Silencio (surrealista).

Ya llegamos, cansadas a Otavalo, pero después de comprarnos algo de fruta nos vamos al mercado de artesanía, que es por lo que es famosa la ciudad. ¿Qué quieres comprar? No sé, no sé. Precios abusivos por ser "gringas", mucha gente. Montse mareada, yo en la luna de Valencia. Alejémonos entonces de la gente. Y nos vamos por las calles menos concurridas. Nos entra el hambre. Un almuerzo modesto pero rico y para bajar la comida un paseíllo hasta el lechero. El lechero es un árbol (parecido a un baobab) que se supone que tiene poderes curativos. La subida hasta el lechero, alrededor de 5 km. Montse como una cabra montés y yo sin aire en los pulmones (maldita altura). Al final llegamos y descubrimos unas vistas espectaculares de la Laguna de San Pablo. Claro que también descubrimos a un policía en posición horizontal con su enamorada. Y la moto aparcada debajo del árbol. Se levantan, ella con el pelo todo alborotado y la ropa llena de briznas de hierba. El colocándose el uniforme. Intenta arrancar la moto y no le arranca. Al final lo consigue y se va dejando a la mujer para que bajara sola. Sin comentarios.



Apenas son las cuatro de la tarde y estamos reventadas. Nos volvemos a la estación. Otras dos horas de camino en un autobús abarrotado. Se me ruedan las papayas que había comprado por el suelo del autobús y pierdo una. Llegamos a Quito y descubrimos que por 25 centavos cogemos un bus que nos deja directamente en la parada de la Ecovía Río Coca. Dos horas y media para llegar a Carcelén y apenas una hora para volver. Supongo que son los gajes del principiante. Corto, aparatoso pero un bonito día.

18 febrero 2010

No todos los días pueden ser buenos

Ayer fui un día extraño, incómodo. Me despierto a las seis de la mañana y me niego a levantarme tan pronto así que cierro los ojos y a dormir otra vez. Suena el teléfono y es el padre de mi compañera de piso que viene a traerme una lámpara para la mesilla de noche. Miro el reloj, las siete y cuarto de la mañana. Ufff.

Me levanto y me preparo el desayuno mientras me leo los doscientos mil correos que tengo. Llaman al teléfono otra vez, pero es mi madre. Me hace mucha ilusión porque hacía una semana que no hablaba con ella. Me preparo y me lanzo a la calle. Tengo muchas cosas que hacer. El cielo está nublado y yo, ingenua salgo con una chaqueta, pero en cuanto salgo a la calle me doy cuenta de que me he equivocado, que hace un calor que se caen los pájaros. 

Primera parada: el consulado de España, para darme de alta. Una cola que para qué contarte de gente que quiere viajar a España. Cuando me toca mi turno me dan un papel y me echan con cajas destempladas. Segunda parada: el instituto Fulbright para ver si me apunto a clases de inglés. Paso por delante de donde se supone que está y no lo veo, así que me acerco a Correos a comprar unos sellos. Otra cola, y las señoritas que atienden que no tienen prisa y le dedican sus quince minutos a cada persona. Llega mi turno. ¿Podría darme, por favor, diez estampillas para España? 22,50$ (un poquito caro, ¿no?). Le doy 23$ y me dice que no tiene cambiado y me mira con cara de que cómo se me ocurre no dárselo cambiado. A esperar a que traiga el cambio, grrrr... Voy al banco a sacar dinero y me doy cuenta de que me cuesta andar así que me miro el zapato y ¡se me ha despegado la suela y parece un cocodrilo con hambre! y yo con 20 dólares en el bolsillo y a más de 20 minutos andando de mi casa. Entro en un local a ver si me cambian. Consigo que me den dos billetes de 10 y luego paro un taxi. Me pone mala cara cuando le digo que sólo tengo 10 dólares y ve su oportunidad para regatear duro. Yo sólo quiero que me lleve así que le dejo ganar. 

Por fin en casa y con zapatos nuevos. Voy al banco y después de esperar otra cola la cajera me dice que no me puede dar el dinero. Vamos a ver, que no puede ser, que esta mañana me han llamado del banco para decirme que ya llegó mi dinero y que me pase por cualquier oficina del Banco Pichincha. Espera que lo consulto con mi compañero. Me cambio de ventanilla. Que si llamada por aquí, que si llamada por allá. Pues no, que si usted no tiene cédula de indentidad ecuatoriana que no puedo darle el dinero porque no puedo ingresar en el sistema. Pero qué dice, ya me quitaron el dinero, el dinero está aquí, me llaman para que lo recoja ¿y ahora es que no? Salgo echando humo como una chimenea y paso por el cajero para sacar dinero para pagar el departamento. Por dios, que no me cobren un potosí.

Llego a casa y no me da tiempo a comer porque a las dos tengo una reunión en el trabajo. Me voy andando para allá y cuando llego no hay nadie porque la cambiaron para las dos y media. Grrrr... a esperar. Empieza la reunión. Repiten el documento que ya me había leído y dura más de dos horas. Grrrr... Me vuelvo a casa, pero antes paso por el supermercado. A las seis y media llego a casa y respiro tranquila. Me pongo a hacer una tortilla de patata para mi compañera de piso. Estoy cansada y quiero irme a la cama y apenas son las 8 de la tarde. Quién me ha visto y quién me ve. Aguanto hasta las diez no sé cómo y me deslizo en brazos de morfeo. Mañana será mejor. Seguro.

16 febrero 2010

Cine para ver


El viernes fui al cine a ver una de esas películas románticas. En este caso y aprovechando que el domingo era San Valentín me metí en la sala de Historias de San Valentín. Quitando el "empalagosismo" que caracteriza a los estadounidenses cuando se trata del amor en general y de San Valentín en particular, la película me hizo reir bastante. Son varias historias que se cruzan en ese día (no es que sea muy original la idea, que ya hemos visto en un montón de películas, pero no vamos a pedir peras al olmo). La atracción es que está plagada de gente conocida (Patrick Dempsey, Julia Roberts, Jennifer Gardner, Ashton Kutcher, Jessica Alba, Anne Hathaway, Jamie Foxx, Eric Dane, Bradley Cooper, Kathy Bates, Shirley MacLaine...). Para pasar un rato, no está mal.


Poniéndome un poco más seria, vi An Education. Una película inglesa con pocas caras conocidas ambientada en los años sesenta. Es la historia de una adolescente, Jenny, que vive en los suburbios de Londres y cuyo objetivo en la vida es ingresar en Oxford. En su rutinaria vida se le cruza David, un treintañero que lleva una vida lujosa y desenfadada y que intentará conquistarla. La cinta mantiene la contención que caracteriza a la sociedad inglesa tradicional, mientras aborda el dilema de las jóvenes de esa época de romper con los roles de esposa y madre arriesgándose a llevar una vida sin pareja.

Después de An Education me puse circunspecta y me aventuré con Precious. Es una historia durísima de una adolescente de 16 años, Precious, que no sólo sufre de gran obesidad sino que ha sido violada repetidamente por su padre con el que ya tiene un hijo y del que espera otro. Por si no fuera poco su madre la desprecia y la odia a partes iguales por haberle "quitado a su hombre". Las actuaciones excelentes, el ambiente en casa opresivo, ella impertérrita hasta que no puede más y explota. Tengo que admitir que lloré, pero también sonreí, con la parte en la que ella se evade de su realidad. "El otro día lloré. Me sentí estupida. ¿Pero saben que? Que se joda ese día. Por eso Dios o quien sea... hizo nuevos días." Así se enfrenta ella a su vida.

Gastronomía ecuatoriana I

Sí, ya sé que apenas llevo una semana en el país, pero el comer es un acto indispensable, y ya que estoy aquí, qué mejor que probar lo que cocinan aquí. Probablemente este escrito tendrá una segunda y quizá una tercera parte porque me queda mucho por degustar.

Pero vamos al meollo. Mi primera comida fue la fanesca. Es un sopa que se sirve sobre todo en época de Carnaval (vamos que llegué justo a tiempo), que representa a los doce apóstoles llevando doce tipos de granos entre los que se encuentra el choclo (maíz), quínua, chochos, habas, arvejas (guisantes), lenteja, maní (cacahuete) y fréjol (alubias). Lleva también bacalao rebozado, calabaza (zapallo), y una salsa de leche mezclada con un montón de cosas. Para decorar el plato, huevo cocido, plátano frito y perejil.

La segunda degustación fue el mote con chicharrón. El mote es un maíz grande y blanquecino que se sirve cocido y el chicharrón es cerdo bien crujiente. Por si alguien se lo pregunta, no, no es un plato de dieta.


Más comidas. La fritada (que como su nombre indica tampoco es ligero). Lleva cerdo frito crujiente, mote, tostados (granos de maíz tostados) y plátano frito. Yo tomé una variante que llevaba también tomate, cebolla, patatas y aguacate.

Mi última y más reciente comida (hace apenas tres horas) ha sido el encocado de camarón y corvina. El plato en sí lleva camarones (nuestras gambas) y corvina (es un pescado) mezclado con una salsa hecha de coco y especias. Todo ello va acompañado de arroz (el que yo comí era integral) y plátano frito.

Seguro que estáis pensando, jobar, cómo se está poniendo. Tengo que decir que los platos son terriblemente grandes y no he sido capaz de acabarme ninguno de ellos. Los he acompañado con un jugo de frutas tropicales, pero eso lo dejo para otro día.

12 febrero 2010

Primeras impresiones de Quito


Apenas llevo un par de días y ya he visto que hay varias cuestiones que se repiten, por lo que debe ser habitual y por lo tanto comentable.

Quito es una ciudad de cerca de dos millones de habitantes que se encuentra en mitad de la cordillera de Los Andes a 2850 m. de altitud. Es una ciudad larga y estrecha (tiene 5 km. de ancho y 80 km. de largo) ya que está en una quebrada entre dos cadenas montañosas.

¿Qué es lo que más me llama la atención aquí por el momento? Lo mal que conduce la gente, en el sentido de que no respetan las normas básicas de circulación. No ponen casi nunca los intermitentes, no paran nunca en los pasos de cebra, no disminuyen la velocidad si ven que alguien está pasando o un coche cambiando de carril y toda la comunicación la hacen a través del cláxon, que está todo el rato sonando.

Otra cosa curiosa es que la gente habla poco. Una está acostumbrada a meterse en un taxi y que el taxista te de palique. Aquí no, nadie te habla y si te hablan es con puros monosílabos. Los taxistas no usan el taxímetro (aunque lo tienen), así que tienes que saber cuánto te va a salir, más o menos, la carrera y llegar a un acuerdo con él.

En los restaurantes (aunque sólo he ido a dos y quizás el juicio es demasiado apresurado), te atienden muy rápido y preocupándose en todo momento que todo esté bien para ti. Hay que tener cuidado con los precios de las cartas pues suelen venir sin IVA (así que hay que sumarle un 12%) y además le cargan un 10% más de servicio, con lo que el precio del plato es un 22% más de lo que pone en la carta. Me contaron ayer que en un intento de incentivar el consumo nacional deducen lo que gastas en restauración, alimentación, carburantes y ropa, por lo que en los restaurantes te ofrecen hacer la factura a tu nombre para que luego puedas presentarla en la declaración de la renta.

Como estamos en el ecuador amanece y anochece a la misma hora durante todo el año. Amanece a las seis y media de la mañana y anochece a las seis y media de la tarde. Por el día hace una temperatura moderada (entre 20 y 25 grados) pero cuando hay sol pega tan fuerte que parece que estás a 40º. Como sólo llevo dos días no he podido bajar al casco histórico por lo que mi impresión se ciñe a un par de zonas. Prometo más adelante hacer un repaso de los barrios que visite, para que los vayáis conociendo.

11 febrero 2010

La mecánica del corazón


Ayer durante el viaje me llevé un libro que tenía muchas ganas de leer, "La mecánica del corazón" de Mathias Malzieu. Pero con todas las películas que tenía al final lo leí a la noche.

Es un pequeño libro que recomiendo. Tierno, fantasioso, con numerosas referencias a otros personajes, con anacronismos divertidos, melancólico.

Es la historia del pequeño Jack, un niño que nace en la noche más fría de 1874 en Edimburgo. Su madre es prostituta y va a parir a casa de Madeleine, una mujer que ayuda a dar a luz a las mujeres que no pueden hacerlo en otro sitio. El frío hace que se le congele el corazón al pequeño Jack así que Madeleine le pone un reloj de madera para que le ayude a funcionar. Pero ese reloj tiene tres reglas. Tiene que darle cuerda todas las mañanas, no puede enojarse y no puede enamorarse, pues las emociones fuertes harían que el mecanismo del reloj se disparase y le matase. Pero el pequeño Jack se enamora de la pequeña cantante andaluza y desoye todos los consejos de Madeleine.

El libro va acompañado de esas preciosas ilustraciones que veis que son de un joven ilustrador francés llamado Benjamin Lacombe.

La experiencia de viajar en Business

Hace apenas un par de semanas andaba yo pensando en los curiosos por qués de cosas que pasan en la vida y en mi vida. Uno de ellos era que por qué con todos los viajes que hago en avión nunca tuve la suerte de que me invitaran a business.

Parece que alguien me oyó (le doy las gracias, por cierto) porque ayer cuando facturé para venir a Quito me invitaron a hacer el viaje en business. Para los que no habéis tenido la misma suerte que yo os contaré cómo es el desconocido mundo de los ricos.

Para empezar, si en la zona turista caben nueve butacas por fila en business son seis. Si en turista tienes veinte centímetros hasta el asiento de delante en business tienes un metro. La diferencia de espacio y comodidad no es necesario que os la explique, ¿verdad?

Cada asiento tiene su propia pantalla donde tienes un montón de películas, juegos, series, música y documentales para elegir y con unos auriculares decentes. En turista una pequeña pantalla cada diez filas. Y el asiento se mueve en todas las direcciones posibles, levantas los pies, reclinas el asiento, te sale una pequeña giba a las altura de los riñones, se hace cama e incluso tiene vibrador.

A parte de eso te dan una almohada, una manta y un kit de tocador que no sé lo que tenía porque como no lo necesitaba no lo cogí. Te reciben con champagne, aperitivo, te ponen un menú más "in" pero que no deja de ser comida de avión por lo que es bastante asqueroso, te dejan repetir las veces que quieras, te dan bebidas casi sin pedirlas, toallita para que te limpies las manos antes de comer (como la de los restaurantes chinos), bombones después del postre. Vamos, mucho peloteo que se supone que para eso has pagado más (lo que por cierto yo no haría porque todo eso no merece tanta diferencia de precio entre business y turista). Lo mejor de todo es sin duda que tienes un baño por cada cinco personas en vez de los de turista que son uno por cada cincuenta.

En fin, que como experiencia no estuvo mal aunque yo le quitaría la sonrisa falsa de la tripulación y la cara de suficiencia de los viajeros de business. Y no, nada de ejecutivos guapos.

02 febrero 2010

Trámites para ir a Ecuador. Cuarta parte - Un poco de todo

¿Qué más necesito para irme? Y de pronto pienso en el carnet de conducir. ¿Me servirá el de España allá donde voy? En principio si el país al que viajo tiene firmado el Convenio de Ginebra, el de Viena o un acuerdo bilateral con España no debería tener problemas. ¿Cómo saber si lo tiene firmado? Pues preguntando en la DGT. En caso de que no lo tenga firmado tengo que sacarme el Carnet de Conducción Internacional. Para poder sacarlo sólo se necesita:

- DNI
- Una foto de carnet
- Pagar una tasa de 9,49€
- Rellenar un formulario que te dan en Tráfico.

El carnet te lo hacen al momento y tiene una validez de un año.

Y sigo pensando qué más necesito y entonces me acuerdo de la vez que fui a Londres, toda feliz de la vida y cuando llego allí resulta que no podía enchufar nada porque los enchufes son rarísimos, con tres clavijas planas en vez de redondas.

Encontré una página de viajes que te dice cuál es el voltaje y el tipo de enchufe (con imagen incluida) que usan en cada país.

http://www.pasonoroeste.com/enchufes-en-el-mundo.html

Sólo hay que comprar un adaptador que puedes encontrar en cualquier gran superficie de bricolaje o en cualquier tienda de electricidad y/o iluminación. El precio no alcanza los 3€.

Trámites para ir a Ecuador. Tercera parte - Seguros de viaje

"El mejor seguro es el que no se usa, pero por si acaso no está de más tener un buen seguro que te cubra lo máximo posible". Esas son las palabras que me ha dicho la mujer que me ha hecho mi seguro y tiene toda la razón.

Porque queremos que cuando no nos sentamos bien el dinero no sea un problema más, porque como creemos que no nos va a pasar nada y no queremos pagar demasiado hay que elegir bien el seguro de viaje.

Aquí os voy a dejar un listado de seguros de viaje de todos los precios, con todo tipo de coberturas y para todo tipo de viaje.

IATI: www.iatiseguros.com
MAPFRE: http://www.mapfre.com/seguros/es/particulares/soluciones/seguros-viajes.shtml
Europ Assistance: http://www.europ-assistance.es/corporativa/viaje.asp
DKV: http://www.dkvseguros.com/dkvaccesible/inicio.asp?menu=3,449,451,455
EUROPEA DE SEGUROS: http://www.europeadeseguros.com/EuropeaSeguros/index.htm

Y por si queréis cotejar precios hay una página que te da los precios de varias compañías: http://www.aseguratuviaje.es/aseguradorasdeviaje.php

19 enero 2010

Píldoras azules


Vuelvo con otra novela gráfica. Esta vez optimista, divertida, conmovedora. Es Píldoras azules y está escrita por el suizo Frederick Peeters. Es una historia autobiográfica, la de Peeters encontrando y perdiendo a Cati durante más de 10 años. La de Cati, separada, con el virus del sida y con un niño de tres años que también lleva ese equipaje. La del miedo, la parálisis, la torpeza, la tensión, la diversión, la rutina y sobre todo el amor que rodea su relación.

Trámites para ir a Ecuador. Segunda parte - Visado

Ecuador tiene convenio con España por lo que si vas en plan turista y por menos de tres meses no necesitas visado, sólo el pasaporte en vigor. Ahora, si vas como yo, por casi un año, sí que lo necesitas. El visado se consigue en el consulado (a falta de consulado en la embajada, pero sólo si no hay consulado). En Santander, hay un Consulado Honorario de Ecuador que se encuentra en:

Consulado Honorario de Ecuador en Santander
Juan de Herrera, 2 1ª planta
39002 Santander
Tel. 942 21 62 50 / 942 22 23 16

(Aunque parezca mentira comparte oficina con los Seguros AXA)

Si has pensado que conseguir el visado será coser y cantar vete sentándote y desarrollando la paciencia, porque necesitas lo siguiente:

1.- Pasaporte en vigor durante al menos 6 meses.
2.- DNI
3.- 6 fotos
4.- Billete de avión de ida y vuelta (es válido el billete electrónico).
5.- Certificado médico oficial (validez de 3 meses). Se compra en farmacias o en el Colegio de Médicos y cuesta 3 €. En Santander no hay muchas farmacias que lo vendan así que recomiendo que se vaya directamente al Colegio de Médicos. La dirección es:

Calle del General Mola 33
Tel. 942 22 80 16

Después vas a tu médico habitual y le pides que te lo rellene y lo firme y selle. Por lo habitual no ponen problemas.

6.- Certificado de antecedentes penales (validez de 3 meses). Se pide en la Gerencia Territorial del Ministerio de Justicia que en Santander se encuentra en:

Calle de Juan de Herrera 19, 5ª planta
Tel. 942 36 74 74

Hay que rellenar el modelo 790 que te dan allí y pagar en una entidad bancaria la tasa de 3,47€.

7.- Si la actividad que vas a realizar allí está promovida por cualquier empresa u organismo español tienes que presentar un documento en el que se detalle dónde vas a estar, qué vas a hacer y cuánto vas a cobrar.

8.- Una carta del organismo o empresa en Ecuador que detalle la actividad que vas a realizar y qué especifique que requieren tu presencia.

Ecuador está adherido a la Apostilla de la Haya que es un sello que reconoce la legalidad de los documentos presentados.

http://www.sitiosespana.com/paginas/tramites/apostilla_haya.htm

En este caso hay que poner la Apostilla de la Haya al certificado médico, al de antecedentes penales y a la carta emitida en España.

Cuando pidas el certificado de antecedentes penales en la Gerencia Territorial del Ministerio de Justicia pide que te pongan la Apostilla. Para el certificado médico y la carta de España hay que ir a los Juzgados que se encuentran en:

Avda. Pedro San Martín, s/n.
Tel. 942 35 71 18

Pero ATENCIÓN, antes de ir a los Juzgados te tienen que firmar ambos documentos para certificar que son legales. El certificado médico te lo firman en el Colegio de Médicos y tardan un par de días. La carta de España (en mi caso es la concesión de beca) la firman en la Secretaría de Presidencia del Gobierno de Cantabria que se encuentra en:

Peña Herbosa, 29 5ª planta
Tel. 942 20 72 08

Te lo hacen de un día para otro. Y ahora puedes ir al Juzgado a que te pongan la Apostilla de la Haya.

Respecto a la carta que te tienen que enviar desde Ecuador tiene que estar legalizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores Ecuatoriano (en Ecuador).

Con todos estos papeles vas al Consulado Honorario y afortunadamente el visado te lo hacen al momento porque se conectan online con Ecuador (aunque no hay que dejarlo para el último día porque el sistema se cuelga en ocasiones).

El próximo día hablaré del escalofriante mundo de los seguros médicos para los que se encuentran en el exterior.

18 enero 2010

Trámites para ir a Ecuador. Primera parte - Vacunas

Al igual que cuando me fui a Chile voy a colgar qué tramites hay que hacer para poder irse a Ecuador. Porque son extensos y porque quizás, si me lees, y tienes que ir tú también, des menos vueltas que yo.

Primero de todo hay que vacunarse. ¿Es obligatorio? Pues no, pero no está de más si uno piensa viajar por la selva.

Hay que ir a Sanidad Exterior donde te harán una pequeña entrevista para preguntarte a dónde vas, qué vas a hacer, si tienes algún problema físico, etc... Al final las vacunas que me he tenido que poner son: fiebre amarilla, hepatitis A, hepatitis B y tifus.

Las dos primeras me las pusieron directamente en Sanidad Exterior. La hepatitis B me la pusieron en el ambulatorio (se pide cita con el enfermero/a y te la ponen en el momento). Esta vacuna tiene varias dosis. La normal, que es la que me están poniendo a mi, son tres puestas. La segunda al mes de la primera y la tercera a los seis meses de la primera. Por último está la vacuna del tifus. Esta no la cubre la Seguridad Social así que la compré en una farmacia y aproveché a que me la pusiera el enfermero.

¿Hacen reacción las vacunas? Son virus entrando en tu cuerpo y éste defendiéndose y son bastantes vacunas juntas. En mi caso sufrí cansancio y un poco dolor de cabeza. Casi no lo noté pero puede que se te hinche el brazo donde te pincharon, vómitos... en fin, que no hay que dramatizar.

Antes dije por último pero en realidad hay una enfermedad más pero que no existe vacuna. La malaria. Para ello te aconsejen que te lleves Malarone, que son unas pastillas que tienes que tomar mientras estás en la zona de "peligro" y se supone que evita que se desarrolle la enfermedad. Estas pastillas son con receta y las farmacias suelen tener una caja, así que si crees que vas a necesitar más (lo que es casi seguro porque la posología son 1 pastilla antes de ir a la zona, 1 por cada día de estancia y 1 diaria durante 7 días a la vuelta, y la caja tiene 12 pastillas) pídelas a la farmacia.

Eso es todo por ahora, en la próxima entrada hablaré sobre el visado. Mientras tanto os dejo la dirección en Santander de Sanidad Exterior.

C/ Antonio López, 3 (Acceso por final de la calle Ruiz de Alda - por el Puerto)

Teléfonos: 942 - 99.90.62 / 60 / 70

Y el link del Ministerio de Sanidad para el que sea un poco aprensivo y quiera informarse más.

http://www.msc.es/profesionales/saludPublica/sanidadExterior/salud/home.htm

17 enero 2010

Me he dejado arrastrar por el facebook

Vale, lo admito, me he dejado arrastrar por el facebook y he abandonado completamente mi blog. Menos mal que me han recordado la importancia de mantenerlo, como un diario personal, donde puedo escribir con más libertad de lo que me preocupa, de lo que pienso...

Claro, que hubo otra razón para dejar de escribir, y es que mis últimas entradas eran tan patéticas que... como decía una amiga: "a nadie le gustan las chicas tristes". Ni a mi me gustaba yo.

Ahora las cosas han cambiado. No es que viva en el país de las gominolas pero no está mal. Dentro de unas semanas me voy a Ecuador. Me han dado una beca para trabajar en UNIFEM (para el que no sepa qué es pues es el programa de mujeres de la ONU), así que tendré cosas que contaros.