27 noviembre 2008

Cómic histórico y social

Ultimamente no tengo mucho tiempo para leer así que aprovecho para enfocar mi atención en la literatura visual, o sea, los cómics.

Me doy cuenta de que lo que leo es bastante triste, por haber sido real, y si tengo que enfrentarme a ello quizás esta es la mejor manera, con un poco de humor, aunque sea negro. O con la distancia y la cercanía que te dan las viñetas.

Estas son mis elecciones y mis recomendaciones.

Todo Paracuellos es la recopilación de los seis tomos que dibujó y escribió Carlos Giménez sobre su propia vida y la de niños como él en los Hogares de Auxilio Social de la España de la posguerra.



Maus es una forma diferente de acercarse al holocausto judío durante la II Guerra Mundial. De Art Spiegelman.



Chao no más es la hilarante y dolorosa visión del dibujante Hervi sobre cómo el pueblo chileno se enfrentaba a la caída de Allende y la posterior subida y caída de Augusto Pinochet.

21 noviembre 2008

El amor en tiempos difíciles

No he escrito aquí de una de mis grandes pasiones, el cine. Ahora no veo tantas películas como antes, la falta de tiempo, supongo, pero igual quiero hablar de mis amores de cine favoritos.


La ternura y la incondicionalidad de Wall-E y el despertar de Eve.



Los esfuerzos de Katie y Hubell porque lo imposible fuera posible.



La invisibilidad de Sun-Hwa y el sacrificio de Tae-Suk.



El dolor de Joel y la memoria de Clementine.

Calendario de emociones

Normalmente hay tres momentos especiales en mi día. Cuando duermo, cuando me ducho y cuando voy en coche. Me doy cuenta de que en los tres momentos prima la soledad, y la libertad, de pensar lo que quiera, de sentir lo que quiera, de expresar lo que quiera.

Sueño todas las noches, aunque supongo que como todo el mundo, pero recuerdo todos los días lo que sueño, y eso creo que no es tan habitual. Esos sueños surrealistas donde todo pasa, lo imposible, lo posible, lo triste, lo alegre, lo que da miedo, lo que da risa, hacen que el día que se avecina sea distinto al anterior. Es como una ruleta rusa de sensaciones que determinan mi día.

He pensado en hacer un calendario de emociones.

11 noviembre 2008

Cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor

Hoy estoy nostálgica, melancólica. Me gusta este sentimiento cuando no viene mezclado con la tristeza. Es suave, tranquilo, me hace sentir en una niebla donde lo único que importa es lo que está dentro de mí porque lo de fuera no lo veo.

Llegó pensando en Chile, en la rutina de Santiago, en los carretes con los amigos donde revolvíamos nuestro mundo sin poder arreglarlo. Es curioso, no me hace falta cerrar los ojos para recordar mi habitación naranja cuando me despertaba, la ducha que se caía de vieja, a Bubi andando detrás de mi, mirándome con sus grandes ojos tristes cómo salía por la puerta para ir a trabajar. El piropo del aparcacoches y el saludo del vigilante del parquímetro. La calle llena de árboles, la acera de hojas y de hoyos, el cielo luchando por ser azul, el Cerro San Cristóbal. Pérez Valenzuela, Providencia, Miguel Claro, el Telepizza, la lavandería, la iglesia, Román Díaz, Huelén, Rafael Cañas, el saludo del chupacabras y empujar la puerta del centro, donde siempre me recibía alguien con una sonrisa.

Yo que huyo de la rutina echo de menos esa "costumbre". Tengo nostalgia de Chile, de la aventura que era para mi estar allí, del cariño que todo el mundo me profesaba, de la sensación de un vasto futuro lleno de experiencias.

He comenzado entonces a pensar si cualquier tiempo pasado fue mejor. Si mi presente es peor que lo que viví. Si me siento yo peor. No. Mi vida es una rutina que me obliga a hacer pequeños cambios para que cada día sea diferente, aunque sea en el detalle. El pasado es mejor porque pienso en él en ese preciso momento en que el presente no lo es. Es una cuestión de coordinación. Quiero pensar que soy feliz o al menos que soy capaz de serlo, así que cuando no me siento así, en el presente, echo mano del pasado, o hago planes para el futuro. Cualquier cosa para aprovechar mi paso por el mundo.

05 noviembre 2008

The Danish Poet




Una gran historia de amor, de pasión, de constancia. Lo siento por los que no sepáis inglés.

Parece que eso de la sangre ya no es tan importante...

Intenta volver a prisión para no discutir con su familia

Un hombre napolitano de 32 años de edad condenado a arresto domiciliario ha preferido violar la prohibición de salir a la calle para volver a prisión, en lugar de permanecer en su casa aguantando discusiones con su familia, informó el sábado la agencia Ansa. Seguir leyendo el arículo
Foto y Vídeo relacionado Ampliar fotografía Massimiliano Ambrosio pidió en vano a la comisaría de Frattamaggiore, en Nápoles, que le autorizaran a cumplir con su pena en prisión y no en su casa, donde la convivencia con su hermana y su cuñado se había convertido en un "infierno". El condenado decidió entonces salir al encuentro de policías para obligarles a llevarle a prisión.

Sin embargo, el juez no ha querido imponerle una pena de prisión y le condenó por este delito a una nueva pena suplementaria de arresto domiciliario.

Sin embargo, para satisfacción de Ambrosio, la Corte de Apelación de Nápoles decidió finalmente esta semana que había infringido la ley y debía ser enviado a prisión para purgar allí el resto de su pena.

Ironías de la historia, el preso había sido condenado inicialmente por sus constantes peleas con su familia.


Y eso que se supone que los italianos son muy familiares...